sábado, 29 de enero de 2011

La química del amor

La química del amor
¿Por qué nos enamoramos de una determinada persona y no de otra?

Innumerables investigaciones psicológicas demuestran lo decisivo de los recuerdos infantiles -conscientes e inconscientes-. La llamada teoría de la correspondencia puede resumirse en la frase: "cada cual busca la pareja que cree merecer".

Parece ser que antes de que una persona se fije en otra ya ha construido un mapa mental, un molde completo de circuitos cerebrales que determinan lo que le hará enamorarse de una persona y no de otra. El sexólogo John Money considera que los niños desarrollan esos mapas entre los 5 y 8 años de edad como resultado de asociaciones con miembros de su familia, con amigos, con experiencias y hechos fortuitos.

De ahí el hecho de que en algunos casos los niños o las niñas tengan preferencias sexuales de su mismo sexo, debido a diversos factores psíquico-sociales; uno por ejemplo, y muy importante, es la violencia intrafamiliar: si el papá golpea a la mamá, lo niños adoptarán por querer ser como la mamá y descartaran todas las características del sexo masculino.

Así pues,  antes de que el verdadero amor llame a nuestra puerta el sujeto ya ha elaborado los rasgos esenciales de la persona ideal a quien amar.

La química del amor es una expresión acertada. En la cascada de reacciones emocionales hay electricidad (descargas neuronales) y hay química (hormonas y otras sustancias que participan). Ellas son las que hacen que una pasión amorosa descontrole nuestra vida y ellas son las que explican buena parte de los signos del enamoramiento.

Cuando encontramos a la persona deseada se dispara la señal de alarma, nuestro organismo entra entonces en ebullición. A través del sistema nervioso el hipotálamo envía mensajes a las diferentes glándulas del cuerpo ordenando a las glándulas suprarrenales que aumenten inmediatamente la producción de adrenalina y noradrenalina (neurotransmisores que comunican entre sí a las células nerviosas).

Sus efectos se hacen notar al instante:
  • El corazón late más deprisa (130 pulsaciones por minuto).
  • La presión arterial sistólica (lo que conocemos como máxima) sube.   
  • Se liberan grasas y azúcares para aumentar la capacidad muscular.
  • Se generan más glóbulos rojos a fin de mejorar el transporte de oxígeno por la corriente sanguínea.

Los síntomas del enamoramiento que muchas personas hemos percibido alguna vez, si hemos sido afortunados, son el resultado de complejas reacciones químicas del organismo que nos hacen a todos sentir aproximadamente lo mismo, aunque a nuestro amor lo sintamos como único en el mundo.

Hace apenas 13 años que se planteó el estudio del amor como un proceso bioquímico que se inicia en la corteza cerebral, pasa a las neuronas y de allí al sistema endocrino, dando lugar a respuestas fisiológicas intensas.

El verdadero enamoramiento parece ser que sobreviene cuando se produce en el cerebro la FENILETILAMINA, compuesto orgánico de la familia de las anfetaminas.

Al inundarse el cerebro de esta sustancia, éste responde mediante la secreción de dopamina (neurotransmisor responsable de los mecanismos de refuerzo del cerebro, es decir, de la capacidad de desear algo y de repetir un comportamiento que proporciona placer), norepinefrina y oxiticina (además de estimular las contracciones uterinas para el parto y hacer brotar la leche, parece ser además un mensajero químico del deseo sexual), y comienza el trabajo de los neurotransmisores que dan lugar a los arrebatos sentimentales, en síntesis: se está enamorado.

Estos compuestos combinados hacen que los enamorados puedan permanecer horas haciendo el amor y noches enteras conversando, sin sensación alguna de cansancio o sueño.

En un estudio con pacientes aquejados "de mal de amor", una depresión psíquica causada por una desilusión amorosa. Les llamó la atención la compulsiva tendencia de estas personas a devorar grandes cantidades de chocolate, un alimento especialmente rico en feniletilamina por lo que dedujeron que su adicción debía ser una especie de automedicación para combatir el síndrome de abstinencia causado por la falta de esa sustancia. Según la hipótesis el, por ellos llamado, centro de placer del cerebro comienza a producir feniletilamina a gran escala y así es como perdemos la cabeza, vemos el mundo de color de rosa y nos sentimos flotando. 


En una de las aventuras de Charlie Brown se puede leer "una buena manera de olvidar una historia de amor es comerse un buen pudin de chocolate".

Su actividad perdura de 2 a 3 años, incluso a veces más, pero al final la atracción bioquímica decae. La fase de atracción no dura para siempre. La pareja, entonces, se encuentra ante una dicotomía: separarse o habituarse a manifestaciones más tibias de amor -compañerismo, afecto y tolerancia-.

Con el tiempo el organismo se va haciendo resistente a los efectos de estas sustancias y toda la locura de la pasión se desvanece gradualmente, la fase de atracción no dura para siempre y comienza entonces una segunda fase que podemos denominar de pertenencia dando paso a un amor más sosegado. Se trata de un sentimiento de seguridad, comodidad y paz. Dicho estado está asociado a otra DUCHA QUÍMICA. En este caso son las endorfinas -compuestos químicos naturales de estructura similar a la de la morfina y otros opiáceos- los que confieren la sensación común de seguridad comenzando una nueva etapa, la del apego. Por ello se sufre tanto al perder al ser querido, dejamos de recibir la dosis diaria de narcóticos.

Un estudio alemán ha analizado las consecuencias del beso matutino, ése que se dan los cónyuges al despedirse cuando se van a trabajar. Los hombres que besan a sus esposas por la mañana pierden menos días de trabajo por enfermedad, tienen menos accidentes de tráfico, ganan de un 20% a un 30% más y viven unos ¡cinco años más! Para Arthur Sazbo, uno de los científicos autores del estudio, la explicación es sencilla: "Los que salen de casa dando un beso empiezan el día con una actitud más positiva".

Es cierto, no podemos negarlo, es un hecho científico que existe una química interna que se relaciona con nuestras emociones y sentimientos, con nuestro comportamiento, ya que hasta el más sublime está conectado a la producción de alguna hormona.

¿Cuál es el verdadero amor y cómo reconocerlo?

¿Cuál es el verdadero amor y cómo reconocerlo?
Enamorarse es una experiencia a la que no debemos renunciar aunque hayamos sufrido alguna decepción. Pero, ¿qué es realmente este sentimiento? ¿Cómo saber si es verdadero amor? Y lo más importante, ¿qué podemos hacer para mantener el amor?

Para conocer las características del amor verdadero, hay que tener claro la diferencia entre lo que es la pasión y el amor. Entre lo que es el amor carnal y el amor espiritual.  Pues la pasión es solamente la llama de un deseo pasajero y el amor verdadero es duradero.
Para identificar si es un verdadero amor el que se siente por aquella persona y no una simple emoción es necesario fundamentar las siguientes cuestiones y tenerlas bien definidas para evitar la confusión:

1. ¿Qué es enamorarse?
2. Proceso del enamoramiento al amor
3. Los falsos enamoramientos
4. ¿Cómo mantener el amor?

1. ¿Qué es enamorarse?

El enamoramiento correspondido hace que nos sintamos felices. Enamorarse es un estado emocional de alegría y felicidad que sentimos cuando nos encontramos fuertemente atraídos por otra persona, a la que idealizamos y le atribuimos toda una serie de cualidades que en la mayoría de los casos magnificamos.

En cada persona el enamoramiento surge por causas diferentes y específicas.

Vemos en esa persona a un ser encantador que nos cautiva por una serie de cualidades que nos gustan y nos atraen, su manera de ser, comportarse, moverse, belleza, inteligencia, etc. Incluso a veces no encontramos una causa objetiva y concreta que justifique los sentimientos que experimentamos.

Cuando la persona enamorada es correspondida, siente un deseo irresistible de estar con la otra persona, de conocerla y de ahondar en su vida. Pero cuando esto no es así y el enamorado no es correspondido, experimenta un sentimiento de tristeza y frustración que tendrá que ir superando para salir de este estado.

2. Del enamoramiento al amor

El enamorado piensa que ese amor es el definitivo, único e irrepetible y que va a perdurar siempre. Sin embargo, es tan sólo el comienzo de un proceso que puede o no acabar en verdadero amor, y que dependerá en gran medida del conocimiento y el trato que vaya teniendo de la otra persona, conocer sus
gustos, preferencias, objetivos etc.

Por tanto el verdadero amor implica aprender a conocer al otro y a comprenderlo. Implica aprender, durante todo ese proceso y trayecto, a amar.

Dicen que quien es capaz de comprender a otro también lo ama y comprender significa conocer. Erich Fromm afirma que el amor es un arte que requiere conocimiento y esfuerzo.

El amor no es un flechazo accidental que nos atraviesa el corazón de lado a lado, sino que es algo que se puede aprender. No se trata de encontrar a la persona ideal sino de una habilidad que hay que adquirir.

“Los jóvenes inmaduros experimentan el amor mientras que las personas maduras aprenden a amar, porque la madurez afectiva se caracteriza por la estabilidad emocional.”

Este proceso consiste en la maduración de ese amor inicial para convertirlo en una amor sólido donde se cimiente una relación duradera y de entrega, dando paso en muchas ocasiones a un proyecto de vida en común o de familia. 

Nadie puede creer que el amor verdadero sea un arte que haya que aprender, porque algunos se confunden y buscan una pareja como quien busca un departamento o un auto, es decir, que le produzca la sensación de haber hecho un buen negocio y la pareja resulta ser un bien más en un mercado donde todo se compra y se vende. En tales casos es una empresa destinada al fracaso, más rotundo que en cualquier otra actividad y más difícil de evaluar. 

3. Falsos enamoramientos

Con frecuencia, algunas personas confundimos el estar enamorado con otras formas de amor o de sentimientos. Debemos tratar de identificarlas y de diferenciarlas del verdadero enamoramiento. Algunas de ellas son:

1. Cuando la persona se enamora solamente si hay un obstáculo que impide llevar a cabo una relación, pudiendo ser este obstáculo el propio rechazo de la persona a quien quiere conquistar, o bien la existencia de un rival, o cuando está casada, etc. En tal caso, cuando el obstáculo desaparece y consigue su objetivo, el amor también desaparece.

2. Cuando una persona se siente atraída por otra como consecuencia de lo que tiene o representa: riqueza, poder, clase social, etc. Es lo que llamamos el amor por interés. Personas que consiguen sus metas a través de otros y se valoran en función de los méritos del otro.

3. Personas inseguras que engañan a la persona amada para seducirla, con cualidades que no tienen u ocultando defectos. Son personas que conocen muy bien sus limitaciones y que saben cómo ocultarlas y evitar que el otro las perciba pero, tarde o temprano salen a la luz y es cuando empiezan las decepciones y el otro se siente engañado/a.

4. Tras una decepción amorosa, hay personas que quieren volver a enamorarse para olvidar el amor que le está haciendo sufrir, mantienen una relación con otra persona con la que se sienten cómodos pero no enamorados, pasado cierto tiempo esta relación fracasa.

5. El caso de esas personas, sobre todo adolescentes, que creen estar enamoradas de sus ídolos, sienten admiración por lo que hacen o por como son físicamente, y lo confunden con el amor.

4. ¿Cómo mantener el amor?

Al comienzo de toda relación es bueno conocer las inquietudes, hobbies y actividades que a cada uno le gusta hacer e intentar respetarlas y, en la medida de lo posible, hacerlas juntos pero, sin forzar situaciones. No debemos olvidar que también es bueno hacer cosas individualmente y que es un error pensar que las parejas que pasan más tiempo juntas funcionan mejor.

“Dentro de una relación de pareja no solo amar y ser amado es el alimento que proporciona satisfacción, también se busca la protección y la ayuda mutua, la confianza y la seguridad, sobre todo cuando ya se ha cumplido una edad madura en la que el sexo pasa a un segundo plano y se anhela, sobre todo, la estabilidad presente y futura.”

Transcurrido un cierto tiempo, se pasa de la euforia del comienzo a la tranquilidad de la vida cotidiana, después de varios años de convivencia se produce el cansancio y el deterioro de algunas parejas que no han puesto los medios para evitarlo y esto junto con la rutina puede conducir al final de la relación.

Para que esto no ocurra y mantengamos la ilusión y entusiasmo, es preciso cuidar día a día nuestra vida en común. ¿Cómo? A través de los pequeños detalles y de la comunicación, intentando cada día un acercamiento mayor, demostrándole además a nuestra pareja que la queremos y haciendo que se sienta feliz a nuestro lado.

¿El amor verdadero existe?

¿El amor verdadero existe?
Claro que el verdadero amor existe, pero qué difícil parece ser hoy en día mantener una pareja. ¿Será porque pretendemos exigir a los demás ser como queremos y no somos capaces de aceptar a los otros como son y pelear menos?

¿Por qué la gente se cansa de estar con alguien y cree que va a ser diferente con otra persona? Esto demuestra un exceso de optimismo.

“El problema nunca es la persona con la que nos relacionamos sino el modo que tenemos de relacionarnos.” 

El amor no es un flechazo accidental que nos atraviesa el corazón de lado a lado, sino que es algo que se puede aprender. No se trata de encontrar a la persona ideal sino de una habilidad que hay que adquirir.

El amor verdadero y maduro significa unión, pero conservando ambos la propia individualidad. El amor es posible sólo en libertad, la envidia, los celos, la ambición, son pasiones y el amor no es una pasión es una actitud, una capacidad humana, no compulsiva. No es un arrebato súbito sino una disposición permanente que consiste más en dar que en recibir.

Y dar no significa renunciar o privarse de algo, sacrificarse ni empobrecerse, sino que constituye la más una bella expresión de poder que produce felicidad y vitalidad.

¿Existe fórmula para amar?

¿Existe fórmula para amar?
El amor puede ser de muchos colores y sabores, hay amores que matan y amores sosegados y dulces. En el amor caben muchas posibilidades y no siempre el amor es ciego. Amar es un esfuerzo al que hay que dedicar mucho tiempo, algunos les ha durado  toda una vida y otros se han quedado en el camino; nos han dado alegrías o nos han proporcionado tristezas. Pero, básicamente, existen algunos tipos de amor que se repiten entre las parejas.

Empédocles decía que el amor y el odio son las dos fuerzas metafísicas de la vida, causas de todo movimiento y de toda separación y unión. En el curso de la historia, el hombre ha experimentado diferentes aspectos y formas de amor, y les ha dado nombre. Por ejemplo, con la palabra Eros, Platón designó el amor a la belleza. Aristóteles llamó Filia al amor a los semejantes, a los pertenecientes al mismo grupo. Ágape, al contrario, es el amor cristiano incluso hacia lo que no es digno de ser amado. Ephithynia, era el factor de deseo en el amor sexual.

Cuando existe el amor entre dos personas se generan dos clases de sentimientos diferenciados, aunque el uno necesite del otro para ser completo. Al amar se satisface un ansia, un deseo de prodigar ternura y constituye una clase especial de realización. Ser amado sacia otra necesidad, el deseo individual de ser querido y apreciado. En otras palabras, amar significa dar y recibir, es decir satisface la necesidad natural del hombre de ser querido y amado por otros, y por otro lado la necesidad de brindar cariño y amor. Estos dos sentimientos pueden existir independientemente y deben ser diferentes.

La clave está primordialmente y fundamentalmente en la pasión y la fidelidad según Isabel Martínez Pita.

El amor es una emoción  que se desarrolla a edad temprana. Cuando es positivo, constituye la base de los logros humanos y es el germen de la tolerancia, el autosacrificio, la amistad y muchas otras manifestaciones que pueden disfrutarse en las relaciones sociales.

Usado negativamente y cuando se dirige hacia uno mismo, se trasforma en vanidad, egocentrismo y orgullo; distorsionado se puede trasformar en odio y unido al miedo en celos.

Dentro de una relación de pareja no solo amar y ser amado es el alimento que proporciona satisfacción, también se busca la protección y la ayuda mutua, la confianza, etc.

¿Cómo se manifiesta el amor?

¿Cómo se manifiesta el amor?
En las relaciones de la persona con su medio, el amor puede presentar una o más de una formas para manifestarse. Encontramos las siguientes:

·         Amor autopersonal: La autoestima o amor propio es el amor hacia uno mismo. Es algo positivo para el desarrollo personal e indispensable para las buenas relaciones interpersonales. Se basa en la aceptación de las virtudes y defectos propios y la percepción de éstos en su justa medida. No debe confundirse con el narcisismo, que conlleva egocentrismo y que suele existir como consecuencia de una autoestima baja. (Amor, 2010) Vulgarmente y con frecuencia se malinterpreta el concepto de autoestima al referirse al narcisismo patológico como «autoestima demasiado alta» o «demasiado amor propio». La autoestima es el requisito necesario para que exista amor real en cualquiera de sus manifestaciones.

·         Amor incondicional: Es el que se profesa sin esperar nada a cambio. El amor espiritual, predicado por las diferentes religiones, es el amor incondicional por antonomasia. El amor maternal, o amor de madre a hijo, se reconoce también como amor de este tipo; este último, por tradición, se considera motivado por un fuerte instinto que lo hace especialmente intenso; no obstante, hay también quien cuestiona la existencia de dicho instinto.

·         Amor filial: Esta manifestación es aquella que se da entre hijos y padres (y, por extensión, entre descendientes y ancestros).

·         Amor fraternal: En su sentido estricto, es el afecto entre hermanos, aunque puede extenderse a otros parientes exceptuados los padres y los descendientes. Nace de un sentimiento profundo de gratitud y reconocimiento a la familia, y se manifiesta por emociones que apuntan a la convivencia, la colaboración y la identificación de cada sujeto dentro de una estructura de parentesco. En sí radica en lo mismo que el amor filial, y desde el punto de vista del psicoanálisis, el fraternal es sublimado, ya que está fundado en la interdicción del incesto.

·         Amistad: Este tipo de amor es muy cercano al amor fraternal, es un sentimiento que nace de la necesidad de los seres humanos de socializar. El amor al prójimo nace a su vez del uso de la facultad de la mente de empatizar y tolerar.

·         Amor romántico: Nace en la expectativa de que un ser humano cercano colme a uno de satisfacción y felicidad existencial. Este sentimiento idealiza en cierto grado a la persona objeto de dicha expectativa, definida en la psiquis.

·         Amor confluente: Amor entre personas capaz de establecer relaciones de pareja definido a mediados del siglo XX. Aparece por oposición al amor romántico: no tiene que ser único, no tiene que ser para siempre, no supone una entrega incondicional etc.

·         Amor sexual: Incluye el amor romántico y el amor confluente. El deseo sexual se considera una manifestación del amor únicamente si nace de la autoestima.

Algunas representaciones del amor, es decir contrario a las manifestaciones que no son meramente directas, son:
·         Amor platónico: Con propiedad, es un concepto filosófico que consiste en la elevación de la manifestación de una idea hasta su contemplación, que varía desde la apariencia de la belleza hasta el conocimiento puro y desinteresado de su esencia. Para Platón, el verdadero amor es el que nace de la sabiduría, es decir, del conocimiento.Vulgarmente, se conoce como una forma de amor en que no hay un elemento sexual o éste se da de forma mental, imaginativa o idealística y no de forma física.

·         Amor a los animales y a las plantas: Nace de un sentimiento protector pero no por dar esa felicidad que el amor implica como tal.

·         Amor hacia algo abstracto o inanimado: A un objeto físico, una idea, una meta, a la patria (patriotismo), al lugar de nacimiento, al honor, a la independencia (integridad). Puede considerarse amor platónico en su sentido filosófico.

·         Amor hacia un dios o una deidad (devoción): Suele nacer de la educación recibida desde la infancia. Considera a Dios como la fuente de todo amor y se basa en la fe. En la mayoría de los casos, se considera que tras la muerte Dios premiará de alguna forma a las personas que la correspondiente religión considere virtuosas.

·         Amor universal: Amor espiritual que, según diferentes religiones, todas las personas pueden llegar a sentir por el medio natural y que los grandes místicos experimentan como nirvana, éxtasis o iluminación, manifestación sublime en la que se eclipsan o confluyen el resto de las manifestaciones. Eckhart Tolle (1997) sostiene que el amor, como estado continuo, aún es muy raro y escaso, tan escaso como un ser humano consciente.

¿Qué es el amor?

¿Qué es el amor?
De manera concreta podemos decir que “el amor, del latín, amor, -ōris, es un concepto universal relativo a la afinidad entre seres, definido de diversas formas según las diferentes ideologías y puntos de vista (científico, filosófico, religioso, artístico).” Sin embargo, en una idea filosófica Gottfried Leibniz (1673) nos dice que “amar es encontrar en la felicidad de otro tu propia felicidad (…)"
Como concepto abstracto, el amor se considera normalmente un sentimiento profundo e inefable de preocupación cariñosa por otra persona, animal o cosa. Incluso está limitada concepción del amor, no obstante, abarca una gran cantidad de sentimientos diferentes, desde el deseo pasional y de intimidad del amor romántico hasta la proximidad emocional asexual del amor familiar y el amor platónico, y hasta la profunda unidad de la devoción del amor religioso.
“El amor en sus diversas formas actúa como importante facilitador de las relaciones interpersonales y, debido a su importancia psicológica central, es uno de los temas más frecuentes en las artes creativas (música, cine, literatura). Desde el punto de vista de la Biología, parece estar relacionado con la supervivencia del individuo y de la especie (…)”
Otros autores como Isabel Martínez Pita describe que “amar significa anhelar a alguien, y la satisfacción de ser objeto de la ternura de otra persona tiene, sobre todo, el carácter de halago del yo y se relaciona con el sentimiento de la vanidad satisfecha, del orgullo complacido, aumenta la valoración de uno mismo.”
El deseo de amar es una necesidad del ser humano que satisface buena parte de sus expectativas en la vida y le integra en el mundo, dando expresión a sus cualidades más positivas. Amar es el acto más generoso, aunque pueda transformarse, en algunas ocasiones, en el más egoísta de los sentimientos hacia el otro.